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Estos infectados no son muy numerosos, suele haber uno o dos como mucho por cada oleada de infectados. Pero son letales, y en la mayoría de las ocasiones se necesitará una buena cooperación de los cuatro supervivientes para poder derrotarlos. Están presentes los cuatro tipos del primer juego, más otros tres nuevos. Son los siguientes:
- The Charger: infectado deforme que posee un robusto y gigantesco brazo, cuyo tamaño es inversamente proporcional al otro, que es muy pequeño. Es capaz de correr a gran velocidad hacia uno de los supervivientes y arrastrarlo hasta topar con un lugar con el que parar para, acto seguido, comenzar a aplastarle contra el suelo. Tiene una gran cantidad de salud y si se encuentra en terreno abierto se hace muy difícil seguirle una vez ha arrastrado a alguno de los supervivientes. El ruido que hace es similar al bramido de un toro.

- The Spitter: infectado femenino cuyo estómago está lleno de un ácido muy corrosivo y puede escupirlo a una gran distancia. Al llegar al suelo se expande y daña a los supervivientes situados en dicho charco, provocando más daño cuanto más tiempo estén sobre él. En ocasiones es muy silenciosa, pero de vez en cuando emite unos chillidos muy agudos y característicos. Al morir, deja a su alrededor un charco de ácido, más pequeño que el que emite, pero igual de corrosivo. Lleva ropa interior de color rosa.

- The Jockey: infectado pequeño y jorobado que se desplaza como un mono y emite ruidos y risas de hiena. Su poder radica en que puede saltar encima de los supervivientes y controlarlos, pudiendo llevarlos de esa manera fuera del alcance de sus compañeros o encima de un charco de ácido de la Spitter. Da unos saltos que pueden poner nervioso a más de uno y una de las desventajas de caer presa de un Jockey es que los compañeros pueden dispararle a su víctima por error.

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